Mindfulness significa “atención plena” a lo que estamos haciendo. Es aprender a parar. Es el juego del silencio: notar la respiración, observar un objeto, escuchar los sonidos del entorno (el trinar de un pájaro, un reloj), sentir su propia presencia o una caricia amable, caminar, degustar y saborear un alimento……….
Estudios recientes han resaltado la eficacia de esta práctica en niños. Además el Mindfulness presta mucha atención al cuerpo y los niños comprenden bien el lenguaje corporal.
Por otra parte, se infravalora el sufrimiento y la angustia en la infancia, pero hay estudios que confirman la existencia de trastornos como el estrés en niños pequeños.
Investigadores y expertos en Mindfulness infantil defienden que el entrenamiento en Mindfulness contribuye al bienestar y desarrollo general del menor. En este sentido podemos mencionar algunos beneficios:
- Mejora su aprendizaje, la atención, la creatividad.
- Autorregula y favorece la concentración
- Les ayuda a regular sus emociones, a encontrar la tranquilidad y el equilibrio cuando se sienten enfadados, angustiados, molestos…y a sentirse más seguros.
- Aumenta la introspección, ven más clara y objetivamente lo que sucede en su interior, en el exterior, en los demás y en su entorno.
- Desarrollan la amabilidad hacia sí mismos y hacia los demás.
- Mejoran las habilidades sociales como la paciencia, la empatía, la alegría por el bienestar de los demás o la ecuanimidad, facilitando el poder disfrutar de relaciones de mas calidad.
Aquí os dejamos una muestra de nuestros minutos diarios de encuentro con el bienestar y el contacto con la calma interior.